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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Singapur: Chiquitico pero matón

La semana después de las motos, conseguí recuperar mi pasaporte. Y lo recuperé con un visado de estancia y trabajo en Malasia válido por un año.
Lo mejor de todo eso no es el visado en sí, sino que puedo empezar a viajar por toda Asia.

Y para empezar suave, opté por Singapur. Esta pequeña ciudad-estado que fuese región malasia en su momento y que tras dejar de serlo, decidió coger el toro por los cuernos y mejorar en TODO.



(Está al extremo de la península de Malasia, aunque es chiquitillo y no se ve bien)

La mejor opción desde Kuala fue el autobús; aunque los vuelos son baratos, nos ahorrábamos el viaje hasta el aeropuerto, la hora y pico de espera antes de embarcar, los muy probables retrasos, etc. Y los asientos eran más bien sillones de lujo.

Mi compañero de beca en Singapur se ofreció a alojarnos en su casa, con lo cual ya estaba todo resuelto; podemos empezar con el tour.

Durante el día estuvimos pateando la ciudad, desde su casa hacia el centro, y por éste.


Una escultura dedicada al Avance y el Progreso en Raffles Place:


Las restrictivas normas y las desmedidas multas (son de lo más conocido fuera del país) hacen que la gente se haya concienciado de mantener limpia la ciudad. Sorprendentemente limpia (aunque tampoco esté brillante).

(Leones a la entrada de un edificio, felices por la limpieza de la ciudad)

Obviaré la ratilla solitaria que nos encontramos de noche en un suburbio...

Antes de comer estuvimos en el omnipresente barrio de ChinaTown, y por la tarde estuvimos en Little India, muy característico (como no podía ser de otra forma) de la población que vive en él (un 8% de la población es india; mayoritariamente mano de obra).


Allí entramos en un templo hinduísta. Ojo al nivel de detalle de las figuritas:


Unas cuantas eran incluso bastante fatalistas/tétricas/macabras/explícitas (¿me dejo algo? ah sí; hardcore):


De noche nos fuimos a ver Marina Bay, la zona del paseo marítimo y puerto deportivo de Singapur. Allí pudimos ver dos figuras de Merlion, el "león-sirena" símbolo de la ciudad. Además, el tamaño de los edificios (Marina Bay Financial Center y Marina Bay Sands) da un toque megalómano increíble, que sumado a la iluminación nocturna hace de la zona una auténtica preciosidad.



Para salir de noche, parece ser que lo mejor son las zonas de Clarke Quay y Atica. Allí estuvimos. Ambas noches. Y damos fé de que son lo mejor.

Al día siguiente, domingo, nos hicimos una pasada por el centro, incluyendo el Museo de las Civilizaciones Asiáticas. Recomendado.

Por la mañana, una pasada de nuevo por Marina Bay; de día sigue siendo imponente:



Aproveché para hacerme una foto con mi compañero de Singapur y la camiseta corporativa:


(Demasiado calor; aún así, tenemos otra foto con la camiseta puesta)

Por la tarde el Hotel Raffles, con todo su lujo y su estilo colonial:



Y se nos acababa el tiempo, así que hasta aquí pudo dar de sí un fin de semana en Singapur. Sin duda muy recomendable, aunque bastante caro en relación con el resto del sudeste asiático. Pero merece la pena estirarse un poco.

Posiblemente nos dejamos bastantes cosas por ver... pero de eso se trata. Así hay que volver.

Próximamente... ¡a por Vietnam! (como los americanos)

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