El Año Nuevo Chino en Asia suele traer un par de días festivos consigo en todos los países asiáticos. Uniéndolos con un fin de semana y con algún día más de vacaciones, se puede hacer un viaje de esos que no vale para un fin de semana, tanto por distancia, como por tiempo que hay que dedicarle. Este año, el destino elegido fueron las dos ciudades principales de Corea del Sur: Seúl y Busán.
Desde el tren que nos llavaba del aeropuerto al centro, todo estaba rodeado de tecnología. Me gusta. Pero había un problema: En Seúl, sólo las calles grandes tienen nombre. Y nuestro hostal no estaba en una de ellas. Así que puedo decir sin exagerar que nos llevó más de un par de horas llegar hasta él. Y eso gracias a que un voluntarioso y amable coreano espontáneo se ofreció, en su muy rudimentario inglés, a acompañarnos hasta él (a pesar de que le desviamos algunos kilómetros de su ruta). Al final, a las mil y pico de la madrugada, y con un frío invernal que convertía la llovizna en hielo y los dedos en muñones inútiles, pudimos pasar la noche en el hostal planeado.
A la mañana siguiente, nos orientamos un poco mejor en el entresijo de callejuelas y llegamos hasta una calle principal. Nos encontrábamos en una zona residencial del centro de Seúl.
Estábamos muy cerca de uno de los puntos históricos principales de la ciudad: el Gyeongbokgung (경복궁). Fue el palacio real durante la dinastía Joseon (siglos XIV al XX), con lo cual tenemos ante nosotros una edificación de unos 600 años de antigüedad. Y encima, lo pillamos en pleno cambio de guardia.
Tras la ceremonia, empezamos la visita al recinto, que es enorme. Un par de pórticos con el estilo clásico coreano guardaban la entrada.
Y unos pórticos y jardines después, se llega al palacio en sí.
Además del palacio, en el complejo hay otras edificaciones clásicas, parques, y un museo de la historia de la dinastía.
Ver el palacio entero puede llevar toda la mañana.
Al salir, entras de frente a una de las calles principales de Seúl, Sejong-daero, que une el palacio con el Ayuntamiento.
Casi al final de la calle y en pleno centro de la ciudad, está el recinto del palacio Deoksugung (덕수궁). Este palacio fue habitado por algunos miembros de la realeza hasta la ocupación japonesa de Corea en 1910.
Dentro del recinto están las edifiaciones que hacían las veces de dormitorios, baños, etc.
Tras visitar el recinto, pasamos por la céntrica Plaza de Seúl (la plaza del ayuntamiento, de toda la vida), donde se había instalado una pista de patinaje sobre hielo enfrente de las obras del nuevo ayuntamiento (prevista su apertura para final de 2012).
La mañana nos había dado un buen rato para ambos templos y la zona centro, pero el atardecer llegó pronto y con él, más frío aún. Estábamos a una media de −8 ºC durante todo el día.
Antes de quedarnos sin luz natural, nos dedicamos a caminar por zonas del centro destinadas a comercio.
Y ya sin luz, la ciudad, sobre todo zona financiera y de negocios, se hace bastante espectacular. Por la zona de la Estación Central de Seúl (Seoul Station, 서울역), vimos un edificio sobre el que proyectaban juegos de luces.
Esa noche decidimos salir por una de las varias zonas de marcha de Seúl: Hongdae (홍대앞). Se trata de una zona predominantemente joven y de universitarios, por encontrarse cerca de la Universidad de Hongik.
Al día siguiente prontito nos recogieron para irnos en uno de los tours guiados más obligatorios de cualquier turista en Seúl: Visita a la Zona Desmilitarizada de la frontera con Corea del Norte. Parece que han decidido convertirlo en algo comercial (como casi todo), pero abajo subyace un tema delicado: la separación/reunificación de las dos Coreas. Pongámonos en un poco de antecedentes históricos:
Actualmente Corea del Sur, como país moderno y [relativamente] occidentalizado, está sensibilizado con la causa de la reunifiación de las Coreas, y ha creado un museo histórico sobre la división de las Coreas, situado en la zona inmediatamente anterior a la Zona Desmilitarizada (DMZ).
Con una serie de vídeos te explican la situación actual, cómo se ha llegado a ella, qué ha pasado durante las últimas décadas, etc. Y también se hacen una serie de paradas en las estaciones de ferrocarril más próximas a la frontera.
Hay también un edificio militar con una azotea desde la que se ve la DMZ en todo su esplendor (irónicamente hablando), pero los muy graciosillos han decretado que no se pueden hacer fotos desde ella, sólo hasta una línea amarilla que han pintado en el suelo. Más allá, está prohibido hacer fotos.
Otra de las cosas que te enseñan es uno de los túneles que excavó Corea del Nore atravesando la DMZ bajo tierra con objetivo de espiar al Sur.
También hay tiendas, más museos, y una alambrada baja que más te vale no sobrepasar porque al otro lado hay minas antipersonas para que ningún coreano del lado contrario se pase de listo.
Para acabar la visita, comida típica surcoreana: sam con kimchi. Se trata de unas tiras de barbacoa de carne sobre una cama de arroz, todo ello enrollado con hojas de lechuga. El kimchi (김치) es un vegetal con salsa picante que está presente en prácticamente todos los restaurantes del país.
Por la tarde, ya de vuelta en la ciudad, aprovechamos probar un pasatiempo muy típico coreano. Se trata de los baños públicos o jimjilbang (찜질방). Para los que estén pensando mal, nada más lejos de la realidad.
Se trata básicamente de establecimientos, generalmente de varias plantas, con unas zonas de baños segregadas por género, y otras zonas, que no son de baño, que son públicas.
Los siguientes dos días los pasamos en la ciudad de Busán (ver post).
Ya de vuelta en Seúl, nos quedaba el tiempo justo de ver un par de cosillas antes de pillar el avión.
La primera de ellas era otro de los Grandes Palacios: se trata del Changdeokgung (창덕궁), un complejo con unas cuantas edificaciones, pero cuyo elemento más destacable son sus jardines. Lástima que en pleno invierno como fuimos nosotros, poquito jardín quedaba... Ya sabéis, esto es para visitar en primavera.
La otra cosa que teníamos que ver era el Namdaemun (남대문), pero resulta que un indignado le prendió fuego y lo quemó en 2008, así que lo único que encontramos fue un mural cubriendo los los soportes de la obra de restauración, prevista su finalización también para final de 2012.
Y hasta aquí la visita a Corea del Sur.
Puedo decir que me gustó mucho este viaje; el balance y contratse entre lo moderno y lo tradicional (tan presente siempre en las grandes ciudades de toda Asia, pero aquí más acentuado si cabe), la amabilidad de la gente, la tecnología por doquier, la intención que tienen de perdonar y juntarse con Corea del Norte... y un país que con el esfuerzo de los últimos 50 años (y la ayuda e inversión de EEUU, todo hay que decirlo), está logrando colocarse a la cabeza de los países modernos.
El contrapunto de esto es que, tanto esfuerzo para situar al país donde está es lo que hace que Corea del Sur sea el segundo país del mundo con mayor tasa de suicidios, sólo superado por Japón. Y es que, por muy paradójico que parezca, la calidad de vida tiene un precio...
Desde el tren que nos llavaba del aeropuerto al centro, todo estaba rodeado de tecnología. Me gusta. Pero había un problema: En Seúl, sólo las calles grandes tienen nombre. Y nuestro hostal no estaba en una de ellas. Así que puedo decir sin exagerar que nos llevó más de un par de horas llegar hasta él. Y eso gracias a que un voluntarioso y amable coreano espontáneo se ofreció, en su muy rudimentario inglés, a acompañarnos hasta él (a pesar de que le desviamos algunos kilómetros de su ruta). Al final, a las mil y pico de la madrugada, y con un frío invernal que convertía la llovizna en hielo y los dedos en muñones inútiles, pudimos pasar la noche en el hostal planeado.
A la mañana siguiente, nos orientamos un poco mejor en el entresijo de callejuelas y llegamos hasta una calle principal. Nos encontrábamos en una zona residencial del centro de Seúl.
Estábamos muy cerca de uno de los puntos históricos principales de la ciudad: el Gyeongbokgung (경복궁). Fue el palacio real durante la dinastía Joseon (siglos XIV al XX), con lo cual tenemos ante nosotros una edificación de unos 600 años de antigüedad. Y encima, lo pillamos en pleno cambio de guardia.
Tras la ceremonia, empezamos la visita al recinto, que es enorme. Un par de pórticos con el estilo clásico coreano guardaban la entrada.
Y unos pórticos y jardines después, se llega al palacio en sí.
El palacio real de los Joseon. Y un frío que pa' qué. |
Además del palacio, en el complejo hay otras edificaciones clásicas, parques, y un museo de la historia de la dinastía.
Ver el palacio entero puede llevar toda la mañana.
Al salir, entras de frente a una de las calles principales de Seúl, Sejong-daero, que une el palacio con el Ayuntamiento.
Casi al final de la calle y en pleno centro de la ciudad, está el recinto del palacio Deoksugung (덕수궁). Este palacio fue habitado por algunos miembros de la realeza hasta la ocupación japonesa de Corea en 1910.
O en los palacios de esta ciudad hay cambio de guardia a todas horas... o hemos tenido mucha suerte |
Dentro del recinto están las edifiaciones que hacían las veces de dormitorios, baños, etc.
Tras visitar el recinto, pasamos por la céntrica Plaza de Seúl (la plaza del ayuntamiento, de toda la vida), donde se había instalado una pista de patinaje sobre hielo enfrente de las obras del nuevo ayuntamiento (prevista su apertura para final de 2012).
La mañana nos había dado un buen rato para ambos templos y la zona centro, pero el atardecer llegó pronto y con él, más frío aún. Estábamos a una media de −8 ºC durante todo el día.
Antes de quedarnos sin luz natural, nos dedicamos a caminar por zonas del centro destinadas a comercio.
Y ya sin luz, la ciudad, sobre todo zona financiera y de negocios, se hace bastante espectacular. Por la zona de la Estación Central de Seúl (Seoul Station, 서울역), vimos un edificio sobre el que proyectaban juegos de luces.
Esa noche decidimos salir por una de las varias zonas de marcha de Seúl: Hongdae (홍대앞). Se trata de una zona predominantemente joven y de universitarios, por encontrarse cerca de la Universidad de Hongik.
Teníamos la intención de probar el soyu (소주), una bebida alcohólica típica coreana, resultado de fermentar grano o patata dulce. El problema es que cada vez que preguntábamos a los relaciones públicas a la entrada de los sitios, nos ponían cara rara, y decían "no, aquí no tenemos de eso". Al principio nos sorprendía: "si somos guiris, pues es lógico que queramos probar esto, ¿no?", pero al final acabamos comprendiendo que el soyu estaba considerado genrealmente como una bebida de clase más bien baja. Vaya... bueno, finalmente acabamos encontrando un local de dos plantas y cristalera donde lo ponían, así que pudimos tomarnos uno mientras veíamos la zona. Y luego también nos tomamos un somaek (소맥), que es el mismo soyu, pero mezclado con cerveza. Y luego nos tomamos un par más. Y ya, que mañana hay que seguir viendo la ciudad, y si no, a ver quién se levanta...
Al día siguiente prontito nos recogieron para irnos en uno de los tours guiados más obligatorios de cualquier turista en Seúl: Visita a la Zona Desmilitarizada de la frontera con Corea del Norte. Parece que han decidido convertirlo en algo comercial (como casi todo), pero abajo subyace un tema delicado: la separación/reunificación de las dos Coreas. Pongámonos en un poco de antecedentes históricos:
A pesar de que la historia conocida de Corea como nación única data de su primera dinastía, más de 2000 años A.C., saltaremos hasta un poco más adelante, el siglo XX. Desde 1910, aún durante la dinastía Joseon y tras la Primera Guerra entre China y Japón, los nipones invadieron toda Corea para seguir metiendo presión a los chinos. Así estuvieron hasta que finalizó la II Guerra Mundial, en la que Japón beligeraba del lado del triple eje, junto con Alemania y Italia. Pero como todos sabemos, al final de la guerra, el eje perdió. Básicamente lo que hicieron los países de la alianza de Reino Unido y Francia fue repartirse las "colonias" de las que se había apropiado eje. Así hicieron la Unión Soviética y Estados Unidos con Corea en 1945: Los soviéticos se quedaron con toda la parte de la Península de Corea al norte del paralelo 38, y los americanos con el resto al sur.
Aunque anteriormente se había firmado la Declaración del Cairo en 1943 con la reunificación de Corea tras la II Guerra Mundial como uno de sus objetivos, la Guerra Fría comenzaba entre la Unión Soviética y EEUU, y con ella, se iba toda intención de dicha reunificación. Finalmente en 1948 se formaron dos gobiernos, el comunista de Corea del Norte y el democrático de Corea del Sur. Por difícil que parezca de creer, en aquellos tiempos el país con recursos era Corea del Norte, y Corea del Sur el pobre. Mucho cambiaron las cosas debido a las políticas sociales durante los siguientes 50 años.
En 1950 y como primer conflicto importante de la Guerra Fría, el Norte atacó el Sur. Los primeros contaban con el apoyo de China y la Unión Soviética, y los segundos con el apoyo de Naciones Unidas. La Guerra de Corea, que arrojó unas cifras de unos 2 millones y medio de muertes coreanas, duró hasta el armisticio de 1953, el cual nunca firmó el Sur. El resultado fue la división definitiva de las dos Coreas por medio de la Zona Desmilitarizada (DMZ), una franja de 4km de ancho y 238km de largo, que contiene únicamente el pueblo de Panmunjeon (판문점), casi deshabitado, y algunas vías de ferrocarril.
A día de hoy, los gobiernos de ambas Coreas siguen considerando ilegítimo al otro, y los países se encuentran técnicamente en guerra, ya que nunca se ha firmado la paz. A pesar de que Corea del Sur aboga por la reunificación, los costes de absorber a Corea del Norte, su gente y su pobreza, serían descomunales, con lo cual es un tema bastante delicado.
Aunque anteriormente se había firmado la Declaración del Cairo en 1943 con la reunificación de Corea tras la II Guerra Mundial como uno de sus objetivos, la Guerra Fría comenzaba entre la Unión Soviética y EEUU, y con ella, se iba toda intención de dicha reunificación. Finalmente en 1948 se formaron dos gobiernos, el comunista de Corea del Norte y el democrático de Corea del Sur. Por difícil que parezca de creer, en aquellos tiempos el país con recursos era Corea del Norte, y Corea del Sur el pobre. Mucho cambiaron las cosas debido a las políticas sociales durante los siguientes 50 años.
En 1950 y como primer conflicto importante de la Guerra Fría, el Norte atacó el Sur. Los primeros contaban con el apoyo de China y la Unión Soviética, y los segundos con el apoyo de Naciones Unidas. La Guerra de Corea, que arrojó unas cifras de unos 2 millones y medio de muertes coreanas, duró hasta el armisticio de 1953, el cual nunca firmó el Sur. El resultado fue la división definitiva de las dos Coreas por medio de la Zona Desmilitarizada (DMZ), una franja de 4km de ancho y 238km de largo, que contiene únicamente el pueblo de Panmunjeon (판문점), casi deshabitado, y algunas vías de ferrocarril.
A día de hoy, los gobiernos de ambas Coreas siguen considerando ilegítimo al otro, y los países se encuentran técnicamente en guerra, ya que nunca se ha firmado la paz. A pesar de que Corea del Sur aboga por la reunificación, los costes de absorber a Corea del Norte, su gente y su pobreza, serían descomunales, con lo cual es un tema bastante delicado.
Actualmente Corea del Sur, como país moderno y [relativamente] occidentalizado, está sensibilizado con la causa de la reunifiación de las Coreas, y ha creado un museo histórico sobre la división de las Coreas, situado en la zona inmediatamente anterior a la Zona Desmilitarizada (DMZ).
Lo que hay al final del puente es ya Corea del Norte |
Con una serie de vídeos te explican la situación actual, cómo se ha llegado a ella, qué ha pasado durante las últimas décadas, etc. Y también se hacen una serie de paradas en las estaciones de ferrocarril más próximas a la frontera.
Mapa del ferrocarril que une las dos Coreas |
Hay también un edificio militar con una azotea desde la que se ve la DMZ en todo su esplendor (irónicamente hablando), pero los muy graciosillos han decretado que no se pueden hacer fotos desde ella, sólo hasta una línea amarilla que han pintado en el suelo. Más allá, está prohibido hacer fotos.
Foto desde antes de la línea amarilla; si no hubiese tanta niebla se apreciaría un poco más el otro lado. |
Cuando digo que está prohibido hacer fotos más allá de la línea amarilla, sé de lo que hablo |
Otra de las cosas que te enseñan es uno de los túneles que excavó Corea del Nore atravesando la DMZ bajo tierra con objetivo de espiar al Sur.
También hay tiendas, más museos, y una alambrada baja que más te vale no sobrepasar porque al otro lado hay minas antipersonas para que ningún coreano del lado contrario se pase de listo.
Yo haciendo el chorras desde el lado seguro de la alambrada |
Para acabar la visita, comida típica surcoreana: sam con kimchi. Se trata de unas tiras de barbacoa de carne sobre una cama de arroz, todo ello enrollado con hojas de lechuga. El kimchi (김치) es un vegetal con salsa picante que está presente en prácticamente todos los restaurantes del país.
Por la tarde, ya de vuelta en la ciudad, aprovechamos probar un pasatiempo muy típico coreano. Se trata de los baños públicos o jimjilbang (찜질방). Para los que estén pensando mal, nada más lejos de la realidad.
Se trata básicamente de establecimientos, generalmente de varias plantas, con unas zonas de baños segregadas por género, y otras zonas, que no son de baño, que son públicas.
- En las plantas de baños, segregadas y específicas para cada género, tienen piscinas, saunas y otros derivados, además de los vestuarios. La gente anda libremente por ahí en cueros con una toalla al hombro (o sin ella).
- Las plantas públicas (mixtas) son, en cambio, una especie de zonas familiares de esparcimiento y recreo. La gente anda por ellas con los "pijamas" (no les puedo llamar de otra forma) que se toman limpios en los vestuarios para cambiar tu ropa. Básicamente los niños corretean por ahí y las familias o grupos de amigos se sientan en el suelo (con calefacción integrada) a ver la tele, hablar, echar siestas, relajarse, tomarse algo... no es mal concepto.
Por razones obvias no tengo fotos de las zonas de baños, y tampoco hice en las zonas públicas por si alguien se sentía mal por ello.
Lo cierto es que el hecho de que en las zonas de baño se ande completamente en pelota por ahí, y en las piscinas y todo eso, nos echó un poco para atrás y no duramos mucho por ahí. Además por lo visto, a los coreanos (ellos y ellas) no les va mucho lo de quitarse el vello púbico... Aunque no dudo de la limpieza de las zonas de baño, no es exactamente el concepto que tenemos de una zona de baño en occidente (quizá es que somos un poco más puritanos). Pero la experiencia merece la pena, sin duda. Invito a contarla a todo aquel que haya estado.
Esa noche salimos por la zona de Itaewon (이태원), que es una zona mucho más occidental, de hecho hay una base militar americana cerca, y como resultado, los bares que vimos podían considerarse más americanos que coreanos. Nada especial que destacar de esta zona; personalmente prefiero Hongdae.
Ya de vuelta en Seúl, nos quedaba el tiempo justo de ver un par de cosillas antes de pillar el avión.
La primera de ellas era otro de los Grandes Palacios: se trata del Changdeokgung (창덕궁), un complejo con unas cuantas edificaciones, pero cuyo elemento más destacable son sus jardines. Lástima que en pleno invierno como fuimos nosotros, poquito jardín quedaba... Ya sabéis, esto es para visitar en primavera.
La otra cosa que teníamos que ver era el Namdaemun (남대문), pero resulta que un indignado le prendió fuego y lo quemó en 2008, así que lo único que encontramos fue un mural cubriendo los los soportes de la obra de restauración, prevista su finalización también para final de 2012.
Antes del incendio... |
... durante, y después. Lástima. |
Y hasta aquí la visita a Corea del Sur.
Puedo decir que me gustó mucho este viaje; el balance y contratse entre lo moderno y lo tradicional (tan presente siempre en las grandes ciudades de toda Asia, pero aquí más acentuado si cabe), la amabilidad de la gente, la tecnología por doquier, la intención que tienen de perdonar y juntarse con Corea del Norte... y un país que con el esfuerzo de los últimos 50 años (y la ayuda e inversión de EEUU, todo hay que decirlo), está logrando colocarse a la cabeza de los países modernos.
El contrapunto de esto es que, tanto esfuerzo para situar al país donde está es lo que hace que Corea del Sur sea el segundo país del mundo con mayor tasa de suicidios, sólo superado por Japón. Y es que, por muy paradójico que parezca, la calidad de vida tiene un precio...
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