Recientemente, el movimiento Bersih ha vuelto a manifestarse en Kuala Lumpur en contra de dicho mamoneo gubernamental. Bueno, lo han intentado...
Pongámonos un poco en situación primero:
Los británicos se establecieron formalmente en Malasia (por entonces Malaya) en el siglo XIX, con la edad colonial. Los malayos aceptaron y disfrutaron las ventajas de formar parte de la Commonwealth.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses conquistaron todo el territorio de la península malaya y Borneo. Los británicos fomentaron entonces la formación de grupos rebeldes locales.
Tras el posterior abandono japonés en 1945 y recuperación por parte de los británicos, estos últimos decidieron centralizar la administración de Malaya creando la Unión de Malaya. Pero los malayos, raza local y predominante, se oponían a que su raza perdiese lo más mínimo de poder respecto a los pocos habitantes de raza china e india que ya había por aquella época por aquí. Tampoco querían que se les concediese la ciudadanía. Qué poco amable por su parte...
Los malayos, liderados por los grupos de presión locales fomentados anteriormente por los propios británicos, comenzaron una serie de guerrillas entre 1948 y 1960 para echarles. Estos comprendieron el mensaje, y en 1957 empezaron a largarse.
En 1963, cuando se crea la Federación de Malasia, los malayos restablecieron el poder como a ellos les gustaba; con una única raza al frente: la suya.
La Constitución que crearon entonces, que es la misma vigente a día de hoy, ya contaba con un elemento discriminatorio: el famoso e infame Artículo 153. En él se establece algo así como que "las personas de raza no malaya podrán recibir la ciudadanía de Malasia a cambio de aceptar que los malayos disfruten de una serie de ventajas". Las principales ventajas a la que se refiere son de tipo económico, financiero y fiscal; desgravaciones y exenciones de impuestos.
Digamos [a título personal] que los malayos fueron muy espabilados: ya veían que los únicos que trabajaban en condiciones en el país eran los chinos que llegaban, así que decidieron que ellos pagasen más impuestos para que los locales viviesen mejor trabajando menos.
A día de hoy, al Artículo 153 y lo que él implica, se le conoce popularmente como "el Contrato Social".
Durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses conquistaron todo el territorio de la península malaya y Borneo. Los británicos fomentaron entonces la formación de grupos rebeldes locales.
Tras el posterior abandono japonés en 1945 y recuperación por parte de los británicos, estos últimos decidieron centralizar la administración de Malaya creando la Unión de Malaya. Pero los malayos, raza local y predominante, se oponían a que su raza perdiese lo más mínimo de poder respecto a los pocos habitantes de raza china e india que ya había por aquella época por aquí. Tampoco querían que se les concediese la ciudadanía. Qué poco amable por su parte...
Los malayos, liderados por los grupos de presión locales fomentados anteriormente por los propios británicos, comenzaron una serie de guerrillas entre 1948 y 1960 para echarles. Estos comprendieron el mensaje, y en 1957 empezaron a largarse.
En 1963, cuando se crea la Federación de Malasia, los malayos restablecieron el poder como a ellos les gustaba; con una única raza al frente: la suya.
La Constitución que crearon entonces, que es la misma vigente a día de hoy, ya contaba con un elemento discriminatorio: el famoso e infame Artículo 153. En él se establece algo así como que "las personas de raza no malaya podrán recibir la ciudadanía de Malasia a cambio de aceptar que los malayos disfruten de una serie de ventajas". Las principales ventajas a la que se refiere son de tipo económico, financiero y fiscal; desgravaciones y exenciones de impuestos.
Digamos [a título personal] que los malayos fueron muy espabilados: ya veían que los únicos que trabajaban en condiciones en el país eran los chinos que llegaban, así que decidieron que ellos pagasen más impuestos para que los locales viviesen mejor trabajando menos.
A día de hoy, al Artículo 153 y lo que él implica, se le conoce popularmente como "el Contrato Social".
Pues bien, contra el hecho de la discriminación que crea el gobierno de Malasia, contra la indiscutibilidad de que las cúpulas de poder tengan que ser principalmente malayas, y contra todo el choriceo, podredumbre y corrupción instalados en el Sistema a consecuencia de lo anterior, nace en 2007 el movimiento Bersih.
Bersih significa, en Bahasa, limpieza. Parece que suena un poco radical, como a "limpieza étnica", pero sus métodos son únicamente pacíficos: manifestaciones.
En noviembre de 2007, esta organización convocó una marcha ("rally") por Kuala Lumpur, pero el gobierno no la aprobó, y ésta fue disuelta a base de explosivos y gas lacrimógeno. Se produjeron unas pocas detenciones y no hubo daños. Lo que entonces consiguió Bersih fueron únicamente migajas.
La semana pasada, 4 años después de lo anterior, se había convocado otro "rally", llamado "Bersih 2.0", subtitulado "Marcha por la Democracia", para el sábado 9 de julio.
Durante los días anteriores, cualquier manifestante pacífico era detenido en las calles, y también los que vistiesen de amarillo (color asociado con el movimiento).
La marcha había sido planeada inicialmente para tener lugar en las calles de Kuala Lumpur. Pero el gobierno lo prohibió una vez más, y tras unas leves negociaciones se acordó que la manifestación se produjese únicamente dentro del Merdeka National Stadium (qué poco sentido tiene una manifestación que va a resultar técnicamente "invisible" en la ciudad). Desde la noche del día 8 se cerraron todas las calles del centro de la ciudad.
La organización de Bersih estima que hubo unos 50000 asistentes, los observadores internacionales opinan que fueron entre 10000 y 20000, y el gobierno dice que apenas llegaban a 6000.
El caso es que de los asistentes al estadio, más de 2000 personas fueron arrestadas sin previo aviso y sin haber ejercido ningún tipo de acto vandálico o violento. Además, los manifestantes en las calles fueron brutalmente reprimidos por la policía. Las imágenes existentes han salido de las fronteras de Malasia. Recomiendo un álbum de fotos (no es mío) que está al pie del artículo.
El balance de todo esto es más o menos el siguiente:
- Los líderes del movimiento, y los líderes de la existente oposición, consideran el movimiento todo un éxito a pesar de los brutales actos policiales. Piden la dimisión del Primer Ministro Dato' Sri Najib Tun Razak por la pésima gestión de todo el asunto.
- El gobierno considera que los manifestantes son una minoría insignificante y ruidosa que no refleja la voluntad del pueblo. Además considera que el movimiento es íntegramente parte de la agenda de la oposición, cuando en realidad es independiente.
- Los que están en contra del movimiento (sobre todo fundamentalistas malayos que abogan por la supremacía malaya, y no son pocos), piden también la dimisión del Primer Ministro, pero sólo en caso de que no revoque la ciudadanía a los participantes en la manifestación y no se les castigue físicamente por ella. Ole y ole, al más puro estilo talibán.
En fin, esperemos que la opinión pública internacional se dé cuenta de la situación, la critique, y por qué no, apoye al movimiento para conseguir una democracia decente en Malasia y unas elecciones limpias. Algo es algo.
Medios oficiales de Bersih | Sitio web, Página de Facebook, Twitter
Noticias | Agencia EFE, Europa Press, Euronews (1), Euronews (2)
Imágenes | Álbum de fotos por Azlan Zamhari
Hola Jago, mi nombre es Helena Saldaña y te escribo del programa Andaluces por el Mundo de Canal Sur televisión. Estamos intentando contactar con andaluces que vivan en KL para un próximo reportaje. si por favor conoces a alguno, no dudes en ponerte en contacto connosotros.
ResponderEliminarUn saludo, atentamente
Helena Saldaña
helena@medinamedia.es
Hola Helena,
ResponderEliminarCreo q ya estás en contacto por ese asunto con Rober el del Pinchos. El único andaluz al q veo a menudo no quiere salir en la tele. Si hay novedades te aviso.
Ah por cierto, podíais avisar a Asturianos por el Mundo! :)
Malasia me parece un caldo de cultivo perfecto para una revolución como la que se ha producido en los países del norte de África. Claramente hay una injusticia social por parte del gobierno, la sociedad ha recibido educación y además hay motivos raciales de por medio. Si los chinos, que son los que manejan la pasta, se mojaran en serio la revolución conseguiría presionar al gobierno para que modificase la constitución.
ResponderEliminarDesde luego, los malayos son imbéciles. No tienen más que ver lo que ha conseguido su vecina Singapur con su política de respeto multicultural. El día en el que los vagos malayos van a tener que ponerse a trabajar como todo hijo de vecino se aproxima...
Que sepas que por Francia se oyo un poco de ruido con respecto a la represion del gobierno Malayo sobre los manifestantes. Desafortunadamente nadie explico nada mas, y la comunidad internacional parece hacer oidos sordos a dichas reivindicaciones.
ResponderEliminarYo siempre he dicho que Malasia es el caldo de cultivo ideal para una guerra civil. Lo que no puede ser es que los malayos por ser malayos no den un palo al agua y encima vivan de las rentas de lo que curran los otros. Pero qué injusto es el mundo!!!
Muchas gracias por el articulo! estuve buscando informacion con respecto a la manifestacion pero no encontre nada.
Buf, no les queda ni nada a los malayos para tener una verdadera democracia.
ResponderEliminarPero antes debería crearse una sociedad civil educada en los valores básicos como igualdad (difícil dado que la propia constitución subraya la diferencia de los malayos respecto al resto) o libertad (difícil cuando no pueden decir lo que piensan).
Para colmo tienen el ejemplo del vecino singapuriense como modelo de prosperidad económica sin una verdadera democracia...
Crees que las revueltas árabes han servido como modelo para el movimiento bersih?
Un saludo!
Vicente