Se nota que les han quedado secuelas del holocausto.
Me acordé de que una chica alemana post-adolescente me contó hace no mucho tiempo que "en Múnich, está mal visto que los hombres hablen por la calle". "¿En serio?" "Sí, de verdad. Los niños y las mujeres, pueden ir hablando. Pero está mal visto que lo hagan los hombres."
Putos raros.
Bien es cierto que toda generalización es absurda, pero es que si pienso en matanzas recientes de este tipo en Europa, de nosecuántos inocentes a manos de un colgado, se me viene a la cabeza siempre Alemania. Oh, y parece que también Finlandia (solo que de éstos no se sabe casi nada).
Cuando veo que eso pasa en América, como pasa algo así casi cada mes, no nos parece ni siquiera extraño. Digamos que me paso 25 días al mes pensando "me encantaría irme de road-trip por la Costa Este de USA" y los otros 5 días pensando "su sociedad está fatal de la olla".
Pero, que pase en Europa... ¡Si se supone que somos los civilizados, el Viejo Continente, la voz de la concordia!
"Se reían de mí", parece ser que es lo que decía el tarado causante de la matanza... Y claro, la solución no es otra que coger la pipa que tiene mi padre ahí a la vista, coger 100 balas que aunque estén bajo llave, conozco la combinación, y liarme a pegar tiros en mi antiguo instituto.
¡Sin duda, es la solución! ¡A tomar po'l saco todo el mundo!
El mundo se conmueve durante unos días. Tras ellos, recupera la normalidad, y esa cosa que se gesta bajo la superficie de la sociedad, una especie de aliento de la violencia gratuita amparado por la libertad de expresión, y todo a su vez encubierto de diversas formas, vuelve a funcionar...
Pues nada, hagamos la vista gorda, y dentro de un año nos volvemos a ver en un funeral masivo.
Por cierto, disculpen mi lenguaje violento.
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