lunes, 30 de mayo de 2011

Ko Phi Phi: Paraíso turístico de playas y animación


Con un ritmo bastante relajado de viajes, ganas de playa, y Alberto de visita, marzo presentaba unas cuantas opciones claras. Nos decantamos por la más cinematográfica: Ko Phi Phi, la paradisíaca isla tailandesa (en realidad son 2) que acogió el rodaje de la película La Playa (The Beach, 2000, Danny Boyle).

Para llegar hasta ahí, suelen existir dos opciones: Pasar por Phuket o por Krabi. Esta vez nos decantamos por Phuket, por cuestiones de horarios, para ir y volver.


Tras una hora de taxi entre el aeropuerto y la turística zona de Patong Beach en Phuket, nos dedicamos a buscar alojamiento, cosa que no era difícil por la proliferación de hoteles y hostales. Encontramos un hostal a buen precio y con unas camas de lo mejorcito que ha visto nunca un sitio de su nivel.

A lo largo de la calle principal del pueblo (paralela a la playa y más larga que la infancia de Heidi) y las pequeñas trasversales, se apreciaba una mezcla de turismo playero occidental extremo con la forma tradicional de vivir de los locales. Así se veían tendederos con la ropa colgando fuera de hostales y tiendas, puestillos de falsificaciones, niños thais jugando, restaurantes...

Criaturica jugueteando en pelota en la calle a manguerazo limpio


... y una ingente cantidad de bares, pubs y clubes para turistas extranjeros.

Con un cartel así, me lo pusieron demasiado... fácil

A pesar de las bromas, hay que andarse con cuidado por aquí; no todas las chicas tailandesas que frecuentan los bares, demasiado simpáticas en todos los casos, resultan ser chicas al final. La experiencia (ajena, sin duda... ¿qué te pensabas?) y la tradición tailandesa del "tercer género" lo han corroborado siempre.

A la mañana siguiente, antes de irnos al ferry que nos acercaría a la isla, nos dimos una vuelta por Patong Beach, la playa estrella de Phuket. Bien, pero más o menos igual que cualquier playa mediterránea.


Paseíto y vuelta. Nos vamos al ferry. Un par de horas, o tres, nos separan de las islas.



Al llegar a la isla grande (Ko Phi Phi Don), en la playa principal (Ton Sai), un millón de "agentes" te enseñan todas las opciones de alojamiento que tienes. Después de un buen rato valorando opciones, nos decidimos por un buen balance entre acceso a la animación y silencio para poder dormir de noche (a la hora a la que se llegue... que eso no está escrito); nos fuimos a un calmado hostal en el extremo occidental de Ton Sai.

El primer día en la isla dio de sí como para contratar el viaje estrella del día siguiente, relajarse y salir por la noche. Esta vez únicamente por los bares de la playa. Prolifera en todos ellos el espectáculo nocturno de malabarismos con fuego.



A la mañana siguiente madrugamos para embarcarnos en el viaje por todos los puntos destacables de las islas. Y apreciamos también las primeras imágenes de la playa de Ton Sai en calma.


Y después de no mucho tiempo, empezamos a llegar a una zona paradisíaca de aguas de color turquesa.


Estamos en las inmediaciones de la isla pequeña, Ko Phi Phi Leh: calas, tocas, cuevas en la roca, un tiempo perfecto... es exactamente lo que estaba buscando.


Foto para inmortalizar el momento

Después de unas nadadas en las inmediaciones del barco, nos vamos en dirección al punto más famoso, vistoso, espectacular, y desgraciadamente muy turístico de todo el archipiélago: la playa de Maya Beach, en Ko Phi Phi Leh.

Allá al fondo, Maya Beach

En el año 2000, Danny Boyle se llevó a Leonardo DiCaprio, Virginie Ledoyen y unos cuantos actores más a esta isla por entonces casi desconocida, para rodar la mayor parte de la película "La Playa": un chico se hace con un mapa que le lleva a una isla desconocida, un supuesto paraíso apenas habitado por una comuna que, con el tiempo y ciertos asuntos, hará surgir una serie de problemas entre la gente. Muy recomendable; le doy 4'5 estrellas sobre 5 de mi EJNC.

La bahía es espectacular desde el momento en que se llega, aunque si coincide que hay un poco de tráfico de yates, se estropea un poco el momento. Como estuvimos tiempo suficiente, pudimos también ver la bahía solamente con embarcaciones tradicionales y hartarnos de hacer fotos y vídeos.

Bahía de Maya Beach con la costa llena de yates...


... y la misma bahía de Maya Beach en tranquilidad y sin yates: una preciosidad



Aquí una pequeña recreación espacial con fotos de la bahía de Maya Beach:

Recreación virtual con fotos de la bahía de Maya Beach.
Si necesitas el plugin, bájatelo aquí.

Alberto me dio la idea de hacer una pequeña recreación en vídeo del recorrido que hace DiCaprio en un momento de la peli, pero a él le quedó bastante mejor.


Después de Maya Beach, la "atracción" principal, nos fuimos a Monkey Beach, una playa en la que los monos típicos de este lado del mundo (y bastante abundantes en algunas áreas de Kuala Lumpur) campan y escalan a sus anchas. En general son ladrones y agresivos, así que hay que andar con cuidado con ellos.


Alberto desafiando a un mono, a riesgo de llevarse un bocado del simio

Por último, la pequeña Bamboo Island nos dejó una hora de quietud casi completa en su costa.



Nuestras sombras levemente reflejadas en el agua a la tenue luz del atardecer

El atardecer se nos echaba ya encima, y una tormenta enorme se acercaba rápidamente, así que era hora de volver a Ton Sai.


Esa nube negra gigante se convirtió poco más tarde en un monzón tremendo

La salida nocturna de esa noche nos descubrió la zona interior de la isla, muy explotada por y para el turismo: más bares, pubs, espectáculos de boxeo entre locales, espectáculos de boxeo entre extranjeros (y extranjeras) espontáneos...
La verdad es que esa parte, diversión aparte, deja un poco de mal sabor de boca respecto a todas las playas y paisajes naturales que se pueden ver en las islas. Pero como es inevitable, «el turismo ha violado [casi] todos los lugares vírgenes de la Tierra»...

Sin tiempo para más, la última mañana salíamos del hostal con el cielo nublado rumbo a Phuket de nuevo para volar de vuelta a Kuala Lumpur. Perfecto, no nos tocarán las nubes a nosotros.

Playa de Ton Sai por la mañana, con el cielo nublado

En resumen, Phuket es una zona completamente habilitada para turistas ávidos de bares y playas, siendo éstas de calidad media-alta, pero en un entorno al que cualquier pueblo mediterráneo no tiene nada que envidiar.
Por su parte, las islas de Ko Phi Phi proponen playas y paisajes muy buenos, pero también conquistados por el turismo (salvo enclaves puntuales como Maya Beach, sin ninguna construcción).
Son ambos muy buenos lugares para pasar unos días de playa y relax y con todas las "comodidades lúdicas" occidentales.

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