Se nota que les han quedado secuelas del holocausto.
Me acordé de que una chica alemana post-adolescente me contó hace no mucho tiempo que "en Múnich, está mal visto que los hombres hablen por la calle". "¿En serio?" "Sí, de verdad. Los niños y las mujeres, pueden ir hablando. Pero está mal visto que lo hagan los hombres."
Putos raros.